casa

mi casa tiene un pato muy grande.

mi casa es linda y chiquita.

mi casa es mia.

la comparto

amo mi casa linda chiquita y de patio grande.

quiero una casa de patio grande y paredes altas.

quiero mi casa.

poeta

Que lindo leer poesia al despertar de un sueño rosado. 

Que lindo leer. 

Quiero leer más de mi poeta azulado. 

Amo a mi poeta colorinche

siempre

tanto tiempo paso. Tanto desde la última vez que escribi. De verdad que paso tanto?. Por qué paso?. Por qué? Por qué me pasa? Por qué spy así?. No quiero más berrinches en mi estómago. No quiero. Sólo quiero que me ame. Sólo quiero que me deje ser suya de nuevo.Ser de él para siempre. Que me deje abrazarlo hasta siempre. Que me deje quererlo, cuidarlo, tenerlo por siempre. Existe esa palabra? ¿Para siempre? ¿Existe esa expresión? ¿o se perdió ya? 

Yo creo que quedan por siempre las cosas. Lo creo. No lo creía, pero aprendí que sí creo. Creo que pasa para siempre. Por siempre. LA cosas lindas. Allí. Siempre. Sin terminar. Terminadas. 

No quiero pensar en un final. No todo tiene que tener final. No quiero todo con final. Quiero que nada termine. Me das un lugar en donde no terminar más? ¿Me regalas una gota de aquel de aquel elixir del NO final? 

(no te des cuenta de que escribo... solo un hgris)

(mancha gris)

poetisa

es todo tan verde y amarillo

y hasta dentro de unos días no lo había entendido.

ingenua poetisa.

Habla con el poeta.

(que no se da cuenta que lo es)

(que intenta ocuultar sus raices)

(que intenta cerrar los ojos a las palabras)

(pero que no sabe como ocultarlas)

(y solo le brotan)

(de los labios...

 de su boca. 

de sus manos

de su música.

de él

lechuza

aprendi a tocar una cancion en el casio chiquito y ya me siento realizada de aca hasta que aprenda otra más. Una canción de nenes que me gusta cantar cuando estoy aburrida. Fue en un arranque de tocar teclas sin sentido buscando una que no encontraba. Era una linda, que suena como el agua. Pero esa no estaba. De arriba para abajo (o al revés) toqué tres y volvi a la primera. 'nananana' No sabía que era pero sabía que conocia eso y sabía como seguía. Buscando las siguientes me metí adentro del aparato y lo busqué. Hasta que lo enocntre. La encontré entera, esperandome. A mi. Sí. Y no sabía que canción era. Sólo sabía que la conocía. Y que a partir de ahí era mía. Sólo mia y del casio chiquito. Quiero levantarme y mostrarla, ja. pero seguro que me equivoco. O no. Soy feliz.

bafici

que mas decir. 

es todo azul.

mi

silence

- La falta de color también es color-

Complice

gris en mi honor

Hay algunos días en los que me gustaría evadir toda responsabilidad y escaparme por ahí a buscar mi beso. Alguna mañanas me las rebusco para levantarme con ganas de salir a caminar sin más que el un dos tres ya. decidir. Lástima que no haya sido hoy el día. Lástima que nunca pueda evadir lo que debo hacer. Nunca separar los deberes de los quereres*. Regalarme un día para dos. Con moño y todo. Con dulces y todo. Con idas y venidas. Vale la pena jugarse en esas cosas. Vale la pena hacerse a un lado de lo que estamos obligados para disfrutarnos un rato. Cuerpo a cuerpo. Pegados. caminando con mi remera negra por capital. Con un saco enorme, con un suspiro en mi oreja. Vale la pena. La vale?... evadamosnos. Olvidemosnos que los demás existen y seamos vos y yo. Siendo uno. Olvidemos un día que debemos estdiar y trabajar. Y sumemosnos al placer. Algún día lo hare.

burbuja

duermete niño
duermete ya

afraid

tanto miedo tanto. Tanto que estaba mirando como me mordian las puntas de los pies. Ellos estaban observando mi cara de auxilio a la medianoche. Tanto miedo tanto. Ven por mi. Ven. Aqui estoy. Esperando

extraño

· ♥ ·

miel

escondida bajo un saco negro y una camisa de hombre. Disfrutando su aroma a vainilla. Sabor dulce y picante en la punta de la lengua. Amores de invierno a casi un año de pasar toda la vida. A solo un año de aquello que no se sabe que más es, más que sentir y vivir.
ojos color miel, que me miran de reojo cada mañana al levantarme. De lejos, me cuidan.

tres

Estaba parada frente a ella. Con las manos entrelazadas con las suyas. Los brazos pegados al cuerpo. La frente sudoroza, la nariz colorada. Sus ojos la miraba sorprendida y triste. Odio que de a poco se convertía en daño.
Sus dedos alrededor de una taza de cafe, sentada en un banco de a penas unos poco centimetros de altura. Ella con los codos apoyados sobre sus rodillas. Él la miraba a través de una cámara, a lo lejos, la espiaba y la imaginaba sentada a su lado. Como se odiaban esas muchachas, ambas enamoradas de ellas mismas. Se confundió. Ya no sabía a quien observaba su cámara. Apagó la cámara.
Dulzura, temor, algo de odio, algo de amor. Algo de compasión, la mira celosa, la miraba deseando ser ella por un instante. Deseaba sentir ese cuerpo con el suyo como aquella vez había imaginado sentir. Pero ella lo tenía. Lo tenía, sentado a la distancia notaba que las observaba.
Se paró y se dirigió a ellas. Quién. Se confundió. Se sentó a fotografiar.